domingo, 15 de abril de 2012

LOS VIEJOS TEMORES

EL TEMOR A LO DESCONOCIDO

Lo más humano que podemos tener en nuestras vidas es el temor; por ello casi siempre aparecen ante nosotros tres fantasmas: el temor a no tener tiempo, el temor a lo desconocido, el temor a no responder a las expectativas. Pienso que es bueno sentir miedo, ya que dicho sentimiento, en realidad, nos sintoniza de forma radical con un problema que debemos resolver. Si reflexionas acerca de estos tres problemas, verás que así como se observan de sencillos y pasajeros, en verdad se pueden convertir en elementos insalvables, que frenarían la carrera hacia una meta establecida.

Conviene entonces que te pongas a la obra y que lo primero sea que intentes superar esos escollos, para obtener el premio de poder dominar una herramienta más de trabajo en tu vida, como lo son los ambientes virtuales para el intercambio de conocimientos. Su dominio en el mundo contemporáneo se convierte en un estilo de vida, que favorece, entre otras cosas, el reencuentro con otros muchos seres humanos que esperan de ti, tu sabiduría y tus sueños.

Por otro lado, no te eches encima ese fardo pesado de hacer el ridículo; cuando dices que tienes temor de no responder adecuadamente a las expectativas de los demás, estás creando un fantasma en tu mente, que frena tus verdaderos propósitos. Es probable que en este momento te sientas vigilado y sometido al juicio inquisidor de otras personas que solamente existen en tu imaginación. Piensa que el reto que asumes cada vez que emprendes un nuevo proyecto, fue estrictamente una iniciativa tuya; tú diste el paso y solo tú tomaste la decisión, luego el único juez de tus actos eres tú mismo.

De igual forma, el temor a enfrentar nuevas experiencias, a no lograr objetivos de negocios, es una carga negativa que aleja lo que has deseado para ti como eventos formativos y enriquecedores; Recuerda querido amigo que si piensas positivamente, todo lo bueno vendrá a tu vida; si tu mente se abre a las fuerzas cósmicas, no habrá ningún obstáculo que se interponga ante tu voluntad para alcanzar tus metas.   En consecuencia, el reto que has asumido en relación con el mundo cibernético, implica desde luego sacrificios, pero en el mediano y largo plazo te potenciará para relacionarte mejor con todas las personas que quieran compartir tu existencia, por eso, cualquier retraso en el tiempo que percibas, se debe a tu retraso en creer, conocer y sentir lo que ya tienes.

En fin... ¿Cuál es tu miedo?  Cuéntame, Florentino.

EL TEXTO EXPOSITIVO


EL TEXTO EXPOSITIVO

Dentro de la dimensión de los tipos textuales, encontramos uno de trascendental importancia, cuya intención es la de comunicar información, acerca de fenómenos naturales o humanos, con el proósito de describir o mostrar datos sobre el hecho que se explica. El texto expositivo, por su naturaleza, es el más utilizado en el ámbito de la ciencia y la tecnología y a esa clase de escrito le debemos la enorme divulgación de los saberes que viene acumulando el ser humano sobre el mundo conocido.


Es conveniente que al estudiar los textos expositivos-explicativos, comprendamos que estas expresiones del lenguaje, incluyen una serie de elementos y formas básicas, que le dan soporte a los discursos que pretenden explicar y mostrar información sobre un hecho o suceso. Podríamos pensar que explicar un fenómeno o situación es un ejercicio simple, que corresponde a una facultad natural del ser humano y que por tanto no debería estar sujeta a los procesos de enseñanza y aprendizaje; sin embargo, las investigaciones sobre el uso del lenguaje demuestran que las estructuras comunicativas del discurso expositivo, suelen ser complejas y, definitivamente, acogen giros lingüísticos y entornos significativos imprevistos.

Por lo anterior, es preciso entender que la comunicación humana despliega diferentes formatos de interpretación de la realidad y en lo relativo a los textos orales o escritos, aparecen los textos expositivos, los géneros literarios, los textos conversacionales y los argumentos; por tanto, cada uno de estos discursos reúnen condiciones estructurales que permiten asociarlos a múltiples funciones sociales y con base en los cuales el ser humano logra intercambiar símbolos culturales y significados de vida.